La nostalgia de los legisladores que se despidieron del Congreso
Veteranos congresistas decidieron decir ‘adiós definitivo’, otros salieron con otros objetivos políticos.
Un hecho nostálgico y que pasó un tanto desapercibido la tarde del 20 de julio en medio del acto de instalación del nuevo Congreso, fue la partida de legisladores que se despedían tras permanecer largos años en la corporación.
Otros decidieron dar el adiós en busca de otros objetivos como gobernaciones en sus departamentos, y otros por posiciones administrativas en el nuevo gobierno, y algunos se cansaron de la política.
Uno de estos retiros definitivos es el Germán Navas Talero, senador del Polo Democrático, de los que más visibles por sus actuaciones, intervenciones y debates.
Era el más longevo, quien declaró al dar su adiós: “Es un cuarto de siglo lo que yo tengo aquí y son compañeros que dejo, pero son etapas de la vida que hay que superar”.
Dijo además sentirse cansado de la política tradicional que se ve a diario.
El presidente saliente del Senado, Juan Diego Gómez, del Partido Conservador, es otro de los que no volverá, al menos en este período, y manifestó al dejar el cargo de senador: “Un año con grandes retos e importantes proyectos que sacamos adelante pensando en la reconciliación de Colombia, como las curules de paz”.
Se dice que se separó del Legislativo para lanzar su nombre como aspirante a la Gobernación de Antioquia.
Por su parte el congresista del Centro Democrático, Nicolás Fernando Araujo, sostuvo al entregar la curul: “Deseo, con total sinceridad, expresar mi gratitud con quienes han creído en nosotros durante estos ocho años. Al presidente Uribe, al partido CD, a mis compañeros en Cartagena y Bolívar, al gobierno Duque, a nuestros colegas y a los líderes sociales y comunales que nos acompañaron, gratitud”.
La lista de los que “no van más” en este cuatrienio la componen:
Jorge Robledo: tras 20 años en el Congreso, el senador del Partido Dignidad decidió no volver a lanzarse al legislativo, para darle prioridad a su aspiración presidencial. Sin embargo, fue derrotado en la consulta de la Centro Esperanza por Sergio Fajardo.
Germán Varón Cotrino: senador de Cambio Radical que llevaba más tiempo en el Congreso (20 años), y una de las personas más cercanas a Germán Vargas Lleras, también decidió no volver a aspirar.
Juanita Goebertus: la representante a la Cámara, tras dos períodos en el legislativo, consideró que ya su ciclo estaba finalizando. Será ahora la directora para las Américas de la ONG Human Right Watch.
Armando Benedetti: También han sido 20 años en el legislativo los de este senador que pasó de defender el uribismo a ser un fuerte contradictor. Actualmente, es muy cercano al presidente electo Gustavo Petro.
Luis Fernando Velasco: al igual que Benedetti, el senador liberal se ha convertido en un hombre de confianza de Petro, y uno de los primeros en acercar a su partido al mandatario electo. Se dice que será director del DAPRE o secretario del despacho presidencial.
John Milton Rodríguez: el senador cristiano y excandidato presidencial decidió no volver a aspirar al Congreso para enfocarse en su intención de llegar a la Casa de Nariño. Ahora, dice que hará oposición a Petro, pese a que su partido se declaró en independencia.
Iván Agudelo: senador liberal, reconocido por haber impulsado la ley que creó el Ministerio de Ciencias no volvió a aspirar al Congreso buscando hacer parte del Gobierno Petro. Es uno de los opcionados, justamente, para ser ministro de Ciencias.
En el Centro Democrático son varios los nombres de los que no seguirán. Comenzando por el senador y expresidente del Congreso Ernesto Macías, la senadora Paola Holguin, quien busca aspirar a la Gobernación de Antioquia; el senador José Obdulio Gaviria y las congresistas María del Rosario Guerra y Jeniffer Arias, saliente presidenta de la Cámara.
Otro de los nostágicos fue el exrepresentante a la Cámara por Cambio Radical, el barranquillero César Lordouy, quien en su cuenta de twitter, escribió: "Según la RAE nuestra lengua tiene hoy alrededor de 80 mil palabras, las cuales llegarían a un poco más de 100 mil si le agregamos los americanismos. Una de estas palabras es MELANCOLÍA, que para mi es la más linda. ¡Hoy esa palabra es mía en toda su intensidad!".